-"Se enciende la luz en mi habitación. Las ventanas no están donde deberían, pero la luz sigue ahí. Hace calor y al ponerme en pie una corriente de aire frío golpea en mi pecho empapado por el sudor. No hay nadie conmigo y la realidad está dispersa.
Alzo el vuelo y Madre me
saluda. “Ten cuidado” me dice. ¿Cuidado de que? “De ti” Responde.
En la habitación que yo
construyo no puedo volar. Lo acepto y aconsejo:
Si vas a construir tu prisión,
no te olvides de poder salir."
No hay comentarios:
Publicar un comentario